Por María Cabrera
Helena Gómez, 8 años. Actualmente es docente.
En la época de la dictadura militar mi mamá trabajaba en la fábrica ILASA. A ella la seguían porque estaba en el gremio. Un día, a la salida del trabajo la agarraron y la subieron a un auto. La secuestraron para interrogarla y que diera información sobre sus compañeros. Estaba embarazada. Después la soltaron pero quedó muy asustada. Eso fue en el año 1976.
Recuerdo que nos mudamos de casa y que en el barrio donde vivíamos desaparecieron muchos estudiantes, no se podía salir a la calle. Fue una época muy fea. Mis tías eran enfermeras en el hospital de Clínicas y a dos de ellas las seguían porque eran activas políticamente, eran radicales. Ellas cambiaban de turno y daban muchas vueltas para poder salir o llegar del trabajo a su casa.
Fue una época muy caótica, de angustias, silencios, de miedos y de secretos. Desaparecieron muchas personas y hubo un plan sistemático de robo de bebés. También había maternidades clandestinas dentro de los que llamaban “campos de chicos robados”.