Por: Guamero
—Esta boluda no me contesta los whatsapp, es una colgada.
—Pará flaca, no te saques, ya te va a contestar.
—Sii! Ahí me clavó el visto, pero no responde, Sole venía? A mí no me confirmó.
—Bajá la ansiedad, ya van a caer, se ve que estos años en Londres te cambiaron la cabeza,
te volviste puntual!
—Disculpame, pero sí, me desacostumbré a la impuntualidad argentina, lo que pasa que
allá te atrasaste 5 minutos y ya te miran mal, fuiste.
—Que haces Flor!! —con un grito la recibió Mady— Pasó un siglo, estás bárbara, y
cambiaste el look. El pelo corto te re vá. Pero además te hiciste el alisado— Mady y Flor
se apretaron en un abrazo interminable, pendular y a los saltos.
—Vos estás igual, igual que la última vez que nos vimos!! Como te fue por allá boluda,
contame—contestó Flor en un estado de ansiedad exultante.
—A vos te ví hace poco Vicky! —continuó Flor abrazándola con un beso mientras
colgaba la cartera en el respaldar de la silla, se quitaba el saquito y se sentaba a la mesa.
—Chee! Ahí Fer me contestó el whatsapp, está saliendo del subte —interrumpió Mady.
—Vamos pidiendo algo mientras esperamos a las chicas—intervino Vicky— todavía no
son las ocho, es after office, las pintas son 2×1, les parece si pedimos unas ipas.
—Dale!, cuatro Ipas de Patagonia por favor —continuó Flor haciendo el pedido al mozo.
—Flor y yo tenemos algunas news! —continuó Vicky con una sonrisa y creando una
atmósfera expectante.
—Ah! Yo también!! —contestó Mady sonriente— sorprise!! Pero esperemos a Sole.
—De Sole también te vas a llevar una sorpresa! —interviene Vicky.
—No me asustes boluda! Que pasó, algo grave? —contestó Mady en tono de
preocupación.
—Noo! Ya lo va a contar ella o más bien te vas a dar cuenta cuando llegue —continuó
Vicky asentida por Flor.
—No me dejen así boludas!! Cuéntenme algo —insistió Mady.
—A que no saben a quién me crucé por la calle la semana pasada? —interrumpe Flor
cambiando de tema— a la vieja de biología de tercero, se acuerdan? A la que le hicimos
la broma que nos había dado otra fecha para la prueba y se lo tragó, mientras Carol sin
que se diera cuenta le sacó uno de los exámenes que había apoyado sobre su escritorio, y
que a los dos días cuando nos tomó la prueba, las notas no bajaban de ocho.
(Risas y carcajadas y llega Fer).
—Hola, hola!! Por fin llegué, no saben cómo venía el subte, hasta las manos y encima la
mina que me cuida los chicos no llegaba, casi la mato —irrumpe como un torbellino Fer
sin saludar.
—Hola che! Aquí estamos, ihujuu!! — interviene Flor.
—Ay! Disculpen vengo acelerada…Madyyy!!! Qué bueno verte! Cuanto tendrás para
contar, Hola Vicky!! Hola Flor!! —entre besos y abrazos se sienta Fer.
Mientras continuaban con los chismes y recuerdos de la secundaria, en la puerta del pub
que rebalsaba de todos los que habían salido de la oficina para aprovechar el after office
y donde las conversaciones se daban en un tono más alto para poderse escuchar, aparece
una chica flaca y alta, con el pelo cubierto por una pequeña túnica, pero no de origen
musulmán, sino de color gris con un friso blanco que le enmarcaba la cara y con un vestido
recto hasta debajo de las rodillas también de color gris. Se hizo paso entre la multitud de
jóvenes que esperaban en la puerta para poder entrar y se dirigió hacia la mesa donde se
encontraban las chicas, sin poder evitar que muchas miradas se enfocaran en ella.
—Nooo!! Sos vos Sole!!! Te hiciste monja —exclamó sorprendida Mady abrazándola.
—No todavía, estoy en camino —contestó con vos suave Sole mientras se abrazaba con
el resto del grupo.
—No puedo creer todavía que estemos aquí juntas, que nos reencontremos después de
tanto tiempo —continuó Mady.
—Bueno, basta de lloriqueos y empezá vos Mady que sos la que te fuiste lejos —
interrumpió Flor.
—Bueno, en fin, por donde empiezo —comenzó con su relato Mady — cuando me recibí
entré a trabajar en Bureau Veritas, no sé si se acuerdan?. Allí estuve como seis meses y
en el mientras tanto apliqué para una beca de posgrado en la Universidad de Cambridge
sobre Cambio Climático, que a los pocos meses me salió. Así que me fui y comenzó la
aventura. Al principio me costó mucho adaptarme a la rigidez y la formalidad inglesa,
además vos viste como es, somos sudacas, aunque Londres cada vez está más
cosmopolita. Está lleno de árabes e hindúes o indios como le dicen ahora. Vos vas a
Primark, que sería como un Falabella, tiene de todo y es re barato, vos no sabés, te querés
comprar todo; y las empleadas son todas musulmanas. Pero en fin, te vas acostumbrando,
obvio que al final te haces puntual porque si no fuiste, te miran mal. El posgrado bárbaro,
aunque me costó acostumbrarme a pensar en inglés, pero con el tiempo se te hace natural.
Me tocó compartir habitación en el departamento que nos habían dado, con una rumana
y una india. Al principio me costó con la india, por los olores, sus costumbres, la higiene,
una fiaca total. Pero Uds saben cómo soy yo, un día me cansé y le puse los puntos y de
ahí en más la convivencia fue mejorando. Cursaba todos los días de 8 a 13 y después tenía
tiempo para estudiar y obviamente salir de compras. Me traje dos valijas llenas de ropa.
No es fácil que te integren, los ingleses son bastantes cerrados, pero bueno la gran mayoría
eran extranjeros que estaban en la misma situación que yo, así que naturalmente te juntas.
Al poco tiempo ya tenía un grupo con el que estudiábamos y salíamos los fines de semana.
Con algunos aprovechábamos para conocer, así que hicimos una recorrida por Escocia y
Gales, ¡Y fui a Stonehenge chicas!!! Es copadísimo, me encantó, te transporta en el
tiempo y tiene una energía impresionante. Y que pasó en Stonehenge! Conocí a Peter!!
Un irlandés típico, colorado, que se me tiró el lance todo el viaje y ahí entre las piedras
me terminé enamorando. Y salida va, salida viene, nos pusimos de novios!
—Y como siguió, dale! —interrumpió ansiosa Vicky.
—Salimos un tiempo y a los dos meses alquilamos un depto y nos fuimos a vivir juntos!
—continuó Mady — así que volví porque nos vamos a casaar!!! Ya tengo fecha!.
—Nooo!!! No jodas!! —exclamaron Vicky, Flor y Fer.
—Siii!!! Pero otra sorprise! Estoy embarazadaaa!! —continuó Mady — antes de viajar
me hice el evatest y me dio positivo. Queremos que se llame Aengus si es varón y Megan
si es mujer.
—Nooo!!! —exclamaron Flor, Sole y Fer en coro.
—Yo también estoy embarazada —intervino Vicky con voz baja y casi imperceptible.
—Queee!!! Nooo!!! En serio —exclamó Mady.
—Si pero voy a abortar —contestó Vicky creando un clima de silencio que se cortaba con
un cuchillo, frente a cuatro rostros que la miraban enmudecidas y congeladas.
—Trabajo de escort —continuó Vicky.
—De qué!!! —exclamó Mady.
—De puta fina Mady! No me mires así, no sé qué pasó me descuidé, ni siquiera sé de
quién es —casi con lágrimas en los ojos contestó Vicky.
—Disculpame Vicky, en serio discúlpame, me tomó por sorpresa —contestó algo
compungida Mady.
—Las cosas no me fueron bien, mis viejos se separaron, cada uno formó su pareja y me
dejaron sola con todo, no conseguía trabajo y no podía costearme la carrera, y tuve que
encargarme de la enfermedad de mi hermano, que le diagnosticaron esclerosis múltiple y
estuvo internado ocho meses, se imaginan había que cuidarlo, me turnaba con una amiga,
estuve empleada en un shopping dos meses pero no me daban los horarios y tuve que
renunciar, conclusión perdí dos años, no tenía guita y una compañera de facultad me
convenció que entrara en esto, que ella se mantenía así y le iba muy bien y bueno, aquí
estoy —Vicky hizo una pausa en medio de una atmósfera de comprensión y empatía.
—Pero podés darlo en adopción, mirá como Mady apostó por la vida —intervino Fer.
—Noo!! No quiero pasar por eso, no podría —exclamó Vicky con desesperación.
—Vicky, era sólo un consejo discúlpame —interrumpió Fer.
—Te entiendo —con voz suave y cariñosa intervino Sole que hasta ese momento no había
abierto la boca— son momentos en los cuales uno no quiere escuchar consejos, sólo
quiere que la comprendan. Y yo aunque puedo no estar de acuerdo con tu decisión, te
entiendo y te banco, no te voy a dejar sola con esto, yo te voy a ayudar tomes la decisión
que tomes, eso no importa ahora, lo único que importa es que sientas el amor de nosotras
—concluyó Sole con su hablar pausado y cariñoso.
—Brindemos por nuestro reencuentro!! —exclamó Flor levantando la jarra de su pinta en
un intento de relajar el momento.
—Claro sii!! —dijeron todas a la vez— chin, chin!!.
—Y vos Fer! Contanos algo, como están tus chicos —intervino Mady.
—Hermosos!, bueno soy la madre entiendan. Pedro ya tiene un año y medio y Felicitas
cumplió tres meses anteayer, me la como, es pura sonrisa.
—¿Y cómo te arreglas con tu trabajo? —preguntó Mady.
—Decí que conseguí como nutricionista en un restoran en Las Cañitas y trabajo tres días
por semana seis horas, así que me reparto entre la casa de mamá y la de mis suegros y
cuando no pueden como hoy, tengo una chica que viene a cuidarlos y es amorosa. Además
tengo una empleada para la limpieza y la cocina porque Santiago viaja mucho por su
trabajo y me la paso casi toda la semana sola, es un embole, pero bueno ya me acostumbré,
es la vida de familia —continuó Fer— y te cuento que ya tengo que estar pensando en los
colegios, ahora los tenés que anotar después que cumplen el año, si no te quedas sin
vacantes y no te digo las cuotas, una guachada.
—Che y el barrio bien, te sentís cómoda, no es muy cheto? —intervino Flor.
—Rebien! Si hay gente muy top, pero me siento segura, el tema es que no despego el culo
del auto, pero bueno es otra vida para los chicos, sol pileta, amigos, ¿Y vos Flor que
contás?.
—Yo bien, me puse de novio.
—En serio, contanos!, como se llama —exclamó Fer.
—Constanza —contestó Flor.
Otro clima de silencio repentino invadió el reencuentro, ninguna se animaba a decir una
palabra, sólo Vicky que ya lo sabía.
—Los tiempos han cambiado chicas, quizás nos cuesta acostumbrarnos y más a nosotras
que venimos de familias tradicionales, de un colegio tradicional, pero el mundo no es el
de hace unos años, el concepto de familia cambió —intervino Vicky para descontracturar
la conversación.
—Si chicas, soy lesbi, se llama Constanza y nos enamoramos—continuó Flor— hace
tiempo que venía sospechando que algo me pasaba, que los chicos no me atraían y en una
salida un sábado que estaba medio depre apareció Constanza y me atrapó. Sé que no es
fácil para Uds pero me voy a casar con ella y quiero que me acompañen.
—Claro que te vamos a acompañar —saltó Mady— si no para que están las amigas si no
es justamente para estos momentos. Es tu decisión y te acompañamos, ¿ o no es así
chicas?, sólo queremos que seas feliz.
—Ahora te toca a vos Sole, al menos yo no sé nada de vos desde la secundaria y ahora te
veo aparecer así, contame como fue —intervino Mady con curiosidad.
—Yo también me enamoré, pero de Dios, perdidamente, y me estoy preparando para
casarme con El —contestó Sole con la voz cargada de emoción.
—¿Pero cómo fue?, nunca me lo hubiera imaginado de vos, si en la secundaria fuiste la
primera del grupo en salir con chicos y ponerse de novia —intervino nuevamente Mady.
—Son esas cosas que ocurren en la vida inesperadamente y cuando uno menos las espera,
como quizás le pasó a Flor —continuó Sole— todo se dio en unas vacaciones que me
había ido con mi novio Juan y un grupo de amigas y amigos a recorrer el norte. Fuimos
en tren hasta Tucumán, 36 horas de viaje y de ahí en micros o a veces a dedo, llegamos
hasta la Puna. En algunos lugares acampábamos, en otros íbamos a hostels. Por las noches
hacíamos unos fogones interminables, fue un viaje maravilloso. Estando en un camping
en Humahuaca, una mañana no sé porque pero me desperté antes del amanecer. Había
tenido un sueño donde una voz dulce y cariñosa me llamaba por mi nombre. Me levanté
sobresaltada pensando que era Juan que me hablaba, pero no, todos dormían. Entonces
me levanté, salí de la carpa y comencé a caminar mientras los primeros rayos del sol iban
apareciendo en el horizonte ondulado. Caminé, caminé y encontré arriba de un cerro una
iglesia de esas típicas del noroeste, chiquitas, de adobe pintadas de blanco con techo de
paja, quizás del siglo XVIII y que parecía abandonada. Me acerqué, la puerta estaba
entreabierta, entré y unas palomas salieron revoloteando por los techos hacia afuera. El
aspecto era de abandono, estaba vacía, sin bancos, sólo en el fondo había un altar y
encima, colgada en la pared, una cruz muy grande. En ese momento sentí muy fuerte en
mi corazón que una voz me decía “yo te amo inmensamente”. Y me enamoré.
—Me haces llorar Sole —intervino Mady.
—A nosotras también boluda! —dijeron las demás.
—Las quiero mucho! Uds son mis amigas —contestó Sole.
—Nosotras también —contestó Vicky.
Ya se había hecho tarde y quedaban pocas mesas ocupadas. Lentamente se levantaron de
la mesa, se entrelazaron en una larga despedida de abrazos, mezclada con lágrimas y risas
con la promesa de encontrarse pronto en el casamiento de Mady. Afuera ya estaba oscuro
y circulaba poca gente por el Microcentro. Mady se fue con Fer hasta la esquina y justo
pasó un taxi que tomaron, Flor y Vicky salieron caminando juntas hacia el lado opuesto
dirigiéndose a la boca del subte y Sole cruzó a paso rápido a la vereda de enfrente y
doblando en la esquina desapareció.
Al día siguiente Mady amanecía perezosa dando vueltas en la cama del departamento que
por airbnb habían conseguido con Peter. En la cocina estaban esperando las tostadas, la
mermelada, el café y el jugo de naranja que Peter había preparado para ella mientras
desayunaba viendo el noticiero.
—Amor despertate, se te enfría el café —cariñosamente Peter llamó a Mady— mirá lo
que están pasando en todos los canales, anoche hubo otro femicidio, mataron a una monja,
la quisieron violar cerca de donde estuvieron ustedes.
Buenos Aires, Marzo de 2018