Por Agustina Botto y Laureana Grumelli.
Silvina Batakis fue sin duda, una sorpresa en la jornada del domingo 3 de julio. Muy pocxs contemplaron que una mujer podría ocupar el principal cargo del Ministerio de Economía.
Tras más de 24 horas de la renuncia de Martin Guzmán -sin un reemplazo acordado-, se especuló con numerosos cambios en el gabinete y con más de una docena de hombres que podían ocupar el cargo. Las conjeturas partían desde Sergio Massa, Martin Redrado, Marco Lavagna, Emmanuel Alvarez Agis, hasta postulaciones delirantes como Carlos Maslatón. Nadie parecía esperar un sustantivo propio femenino. Y no parecía ser el momento para discutir designaciones por género.
La nueva ministra de Economía es la segunda mujer en ocupar el cargo en la historia argentina. Previamente, fue ministra de Economía de la provincia de Buenos Aires entre 2011 y 2015, y se desempeñó como secretaria de Provincias del Ministerio del Interior de la Nación desde diciembre de 2019 hasta julio de 2022. Batakis asume 15 años después de la primera ministra, Felisa Miceli.
Sin embargo, el contexto en el que se hace cargo Batakis no es el mismo que el de Miceli, que desempeñó su cargo entre 2005 y 2007. Batakis está asumiendo durante una de las peores crisis económicas y financieras que atravesó el país, por lo menos de los últimos 15 años.
Miceli asumió con apenas una inflación 1,2% mensual, un dólar equivalente a 3 pesos y el salario mínimo de 210 USD. Mientras que Batakis llega con 50% de inflación mensual, el dólar oficial a $130 y el paralelo a $260, el salario mínimo a 160 dólares -calculado con el dólar paralelo-.
Evidentemente, las condiciones no son iguales. Y desde la perspectiva del movimiento feminista nos preguntamos cuánto afectará la designación de una ministra para la situación de emergencia que nos toca atravesar.
Pero, ¿es el momento de nosotras?
“Definitivamente es uno de los peores contextos para que asuma una ministra mujer, debido a que asume en una situación de gran crisis y de pocas posibilidades para avanzar en una agenda redistributiva, en una agenda que se centre en la reducción de las desigualdades de género”, analiza la socióloga e investigadora de la Universidad de Buenos Aires (UBA) Luci Cavallero.
El contexto económico argentino en el que asume Batakis le presenta muchísimos desafíos. Está tomando el cargo en un momento de crisis, de golpe de mercado, donde se está disparando el dólar forzando una devaluación, donde hay escasez de dólares; y todavía falta ver cuál va a ser su postura ante el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que firmó el ministro saliente Guzmán. “El mayor condicionamiento de la ministra va a ser ordenar esta situación, para luego poder plantear nuevas. O sea no va a poder empezar de cero sino que va a necesitar ordenar todo esto que está pasando”, aportó la economista Lorena Putero.
Todo el país quiere que le vaya bien en el puesto. Porque así sean de River o de Boca como Batakis, si en su gestión le va bien, al país le va bien. Exceptuando a la oposición que ni realizada su designación, ya estaba criticando su cercanía con la vicepresidenta y Daniel Scioli.
Por otra parte, según la Consultora Analogías, el “optimismo” sobre la evolución de la economía se mantuvo en el 24%, un índice muy bajo. Y la política económica del Gobierno Nacional registró en junio una alta desaprobación del 69%. Revertir esto forma parte de la tarea de Silvina Batakis.
Por la positiva.
A su favor, la nueva ministra, a diferencia de Guzmán, tiene una inserción orgánica en la discusión económica del país. Ha estado en Argentina muchos años, no trabajando en una universidad del exterior. La economista Putero afirmó: “Esto la hace conocer mejor la realidad argentina”.
También Batakis conoce los movimientos del campo nacional y popular, tiene una mirada interesante sobre el cambio climático o el eje en las políticas distributivas. “Es una persona que viene de la gestión, conoce la gestión. Ha trabajado muchísimo así que para mí eso sería un punto positivo y una expectativa de que pueden cambiar muchas cosas”, agregó Putero.
En sus primeras palabras, Batakis habló de distintos sectores de la economía, desde la economía popular hasta el financiero. Tiene una amplia mirada económica. Se presenta como una profesional que no solo piensa en los números de una planilla de Excel, en las restricciones, déficit fiscal y otras palabras del glosario económico. Sino también con una perspectiva social, popular y humana del campo de estudio.
Batakis como logro de la lucha feminista.
No podemos pensar que por el hecho en sí mismo de ser mujer, va a llevar adelante políticas a favor del conjunto de lxs argentinxs. “Lo que va a impactar más que ser mujer es ser una mujer del campo nacional y popular. La combinación entre ser una mujer y estar vinculada a la discusión del campo nacional y popular, va a impactar en la forma en que piensa la discusión económica. Seguramente con una dimensión mucho más política de lo que lo hacía Guzmán. Mucho más orientada a las demandas populares y no solamente el equilibrio de las macroeconomía”, consideró la socióloga Cavallero.
Por otra parte, Lorena Putero, investigadora del Centro de Estudios Económicos y Monitoreo de Políticas Públicas, cree que: “Siempre la diversidad en la gestión permite tener una diversidad en las miradas. Que haya una ministra mujer permite que esté la palabra, las ideas y nuestros sentimientos, saberes, desde otra mirada. También sería importante que muchísimas otras minorías también tengan lugar en distintos espacios de gestión”.
Al contrario que al momento de asumir Felisa Miceli, el movimiento feminista es mucho más fuerte y más visibilizado. De hecho, la perspectiva feminista de la economía forma parte de la gestión del Estado. En la gestión de Guzmán se creó la Dirección Nacional de Economía, Igualdad y Género del Ministerio de Economía, la cual estuvo dirigida por Mercedes D’alessandro hasta marzo de este año y actualmente conduce Sol Prieto.
“El aporte que puede hacer es mucho más importante sobre todo en el momento que llega Batakis y no como le tocó a Felisa Miceli, nuestra primera ministra de economía, que no había un movimiento visibilizado”, agregó Putero.
Para la autora de Una mirada feminista de la deuda Luci Cavallero, es muy pronto para evaluar si es un logro del movimiento feminista el arribo de Batakis. Cree que exista la posibilidad de que haya una mujer en el Ministerio de Economía tiene que ver con todos los avances que dio el feminismo, de abrir el campo de lo posible.
“Pero para evaluar si es un triunfo del movimiento feminista hay que esperar cuál va a ser el programa que ejecute Silvina Batakis. Por ejemplo, si se avanza o no en formas de reducción de las desigualdades de género, del reconocimiento del trabajo de las promotoras de género, si se avanza con las moratorias previsionales. Me parece que a partir de eso podríamos decir si es un logro del movimiento feminista”, reflexiona Cavallero.
La gestión posible, no la deseable.
La ministra de Economía, Silvina Batakis, ayer tomó el control de su cartera, mantuvo reuniones con diversos ex funcionarios para interiorizarse en los temas fiscales y financieros. Asimismo, entrevistó a posibles colaboradorxs para ocupar las secretarías que tiene a su cargo.
En sus declaraciones, se refirió a los temas económicos más importantes de la Argentina: el dólar, la inflación, tarifas; y también se refirió al Salario Básico Universal, emblema de varias organizaciones sociales y dirigentes como Juan Grabois.
Afirmó que es necesario discutirlo y que es un tema que ni siquiera está saldado en los países desarrollados. Marca una agenda y un horizonte para discutir concretamente otro rumbo al que venía manteniendo Guzmán. “Pero habrá que ver si eso se puede desplegar en un contexto de tanta restricción”, profundizó Cavallero.
“No creo que esté asegurado un cambio de rumbo; en un contexto de tanta restricción y de tanto condicionamiento por los mercados y por el FMI. Sí puede haber un cambio, en principio, de la mirada, menos enfocada sólo en los equilibrios macroeconómicos; además una mirada influenciada por la experiencia que tiene la ministra en la discusión económica argentina, en la gestión argentina y al interior del campo popular”, aseveró Cavallero.
El tratamiento de la deuda de Martin Guzmán fue tratarlo como si fuera solamente un problema técnico. Despojándolo de la dimensión política que tiene. Y todo lo que implica el endeudamiento externo, sobre todo con el FMI, un organismo que tiene una función política de ser el gendarme financiero de las potencias centrales.
La ministra anticipó que “el segundo trimestre se cumplió y el segundo semestre es muy complejo para la economía argentina. Las tensiones van a existir, pero tenemos que trabajar en forma conjunta”, es decir, que seguramente pedirá modificaciones a las pautas del Fondo Monetario Internacional. Pero el FMI manifestó, en más de una oportunidad, que las metas anuales no se modificarán. ¿Se abandonará esta postura?
“No hay que depositar todo en la ministra sino también en lo que podamos instalar los movimientos como agenda, que debe verse reflejada a su vez en las políticas del gobierno”, agregó Cavallero.
Mujeres gestionando.
La caballería y el pacto patriarcal no solo comprende el ámbito social, cultural y colectivo. También conforma a la hora de negociar y construir lazos estratégicos y económicos. Durante el gobierno de Mauricio Macri, el ex ministro de Economía Nicolás Dujovne, afirmó que no llevó adelante un acuerdo de precio, si no un pacto de caballeros, para combatir la inflación.
¿Es una herramienta posible para la gestión de Silvina Batakis? Para Cavallero no: “Esos actores concentrados van a tener una mirada mucho más belicosa con ella, tanto por ser mujer, como por ser una mujer que viene del peronismo. Seguramente trabajar con esos poderes económicos concentrados sea mucho más difícil para una mujer que viene del peronismo, que para un hombre como Dujovne que además es orgánico a los intereses del sistema financiero”.
Además, de tener menos instrumentos con los que trabajar, por su política y su género, deberá lidiar con críticas a su aspecto, cuerpo, ropa, cuestiones del ámbito personal, cosa que ninguno de sus predecesores enfrentó. Con optimismo, Putero observó: “Tiene la misma capacidad y la misma fuerza que puede tener cualquier hombre. Lamentablemente estamos en un momento que a veces se critican cuestiones personales, como ya estamos viendo en medios las fotos de la ministra sobre su aspecto físico. Pero no lo va a afectar, me imagino que ya está acostumbrada. Es una persona con una gran trayectoria, no lo va a poder evitar. Será cuestión de que sigamos trabajando para que los debates políticos y económicos se den en esos términos, y no en términos personales”.