Por Fabrizio Gerardo Scaglione
“Me dijeron que consideran ‘infectada’ la sangre de un hombre que tiene sexo con otro hombre, estadísticamente hablando”. Daniel, quien pidió reserva de su nombre completo para no sufrir represalias, explicó de manera simple, y compleja al mismo tiempo, la problemática que vive a menudo la comunidad homosexual al momento de donar.
Durante más de dos años completó el formulario necesario, que continuaba incluyendo un cuestionario -anamnesis- con una exclusión discriminatoria a personas gays y que se debió haber quitado en el 2015, respondiendo que no había tenido relaciones sexuales con otro hombre en los últimos 12 meses. Así, utilizaba el “truco” de percibir a “otro hombre” como una persona diferente a su pareja. De esa forma, podría seguir ayudando a un montón de niños.
Después de enchufar su cuerpo a una máquina más de 200 veces en el Hospital Garrahan, en febrero de 2019 pusieron en duda la calidad de su sangre y, por ende, su posibilidad de donar, al enterarse que tenía una pareja del mismo sexo. “La jefa del servicio me dijo que esa vez hacían una excepción porque confiaban mucho en mí, pero que en realidad ella tranquilamente podría haber recibido mi formulario, aceptado la donación y después haber tirado las plaquetas”, relató Daniel.
Acto seguido, le explicaron que la institución cuenta con el aval del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para desechar, sin ninguna explicación, cualquier donación que ellos consideren inapropiada, porque “prefieren una demanda por discriminación y no por mala praxis si se contagia un nene”. Esa fue la última vez que Daniel viajó desde su ciudad, ubicada a 400 kilómetros de CABA, hasta el hospital.
Sin embargo, este episodio es tan solo uno más de los que ocurrieron y siguen sucediendo a lo largo y ancho del territorio argentino. El 23 de julio pasado, la Comunidad Homosexual Argentina (CHA) denunció a la Asociación Argentina de Hemoterapia, Inmunohematología y Terapia Celular (AAHITC) ante el Ministerio de Géneros, Mujeres y Diversidad y el Ministerio de Salud de la Nación por la violación de leyes nacionales al excluir la donación de sangre en caso de “actividad sexual entre hombres”. El problema salió a la luz a raíz del caso de un joven que fue a donar plaquetas para su padre y fue discriminado. Una vez más. Otra persona más.
“Ese mismo día se comunicaron con nosotros las autoridades del Hospital Garrahan, que es de donde teníamos la mayor cantidad de denuncias, diciendo que ya habían sacado los formularios que no se correspondían con la legislación vigente”, aclaró María Laura Olivier, secretaria de la CHA. Además, informó que hubo un antes y un después en la cantidad de acusaciones desde la resolución de 2015. A continuación, Olivier relata cómo fue el flujo de denuncias desde aquel año hasta esta parte y cómo la cuarentena las recrudeció.
La presencia de organizaciones que defienden los derechos de las minorías frente a las instituciones que ejercen discriminación es de suma importancia, más aún en un contexto de pandemia donde se habilita la posibilidad de llevar adelante actos discriminatorios con mayor facilidad. “La primera ayuda que hace la CHA es la de contención a las personas. Es una situación complicada porque si estás yendo a donar sangre generalmente es para un amigo o familiar”, explicó la secretaria.
Gonzalo Goberna, secretario de 100% Diversidad y Derechos -ONG que trabaja para defender el reconocimiento y respeto por la libre orientación sexual e identidad de género de todos y todas- reveló que reciben denuncias de discriminación constantemente y, al igual que la CHA, primero trabajan en la contención, para luego avanzar sobre cada caso en particular llevando adelante las medidas necesarias.
Si bien actualmente la ley admite la donación de homosexuales en Argentina, afirmar que sos un “hombre que tienen sexo con otros hombres” puede definir el destino de tu sangre: salvar una vida o terminar en la basura.
