Por: Isabella Mazzoncini.
Estoy tan enojado que me cuesta respirar. No puedo creerlo. Me suena el teléfono, un mensaje de Marcos “Perdón Pablo, no voy a ir. De verdad espero que me puedas perdonar”. La sala está llena y él todavía no llegó. Se me acerca una de las productoras, “tienen que salir en 15 minutos. Si tu compañero no llega, no van a poder tocar”. Habíamos acordado con Marcos que nos encontrábamos directo en el lugar, está retrasado. A pesar de saber que sí, reviso que el chelo esté afinado, necesito concentrarme en otra cosa. Me despierto. Ensayo todo el día, hoy nada puede salir mal. Son las 9 de la mañana, faltan exactamente once horas para tener que estar en el Colón. Mamá, me felicita una y otra vez. Vine a almorzar y a contarle las buenas noticias. “¡Felicitaciones! Nos enorgullece contarles que pasaron las audiciones, y que su dúo va a poder presentarse en el Colón el día 7 de septiembre a las 20:30hs como parte del festival. Estamos agradecidos de que así sea“ Me suena el teléfono. Es un mail. Salimos del Teatro con Marcos. Suspiramos en una mezcla de alivio y nervios. Los dos cargamos nuestras fundas con los chelos al hombro, les agradecemos a los jueces. Me seco la transpiración con el borde de la camisa, lo miro a Marcos y ambos asentimos en señal de aprobación. Empezamos a tocar. Al principio de forma moderada, como quien de a poco va conociendo una ciudad nueva. Tomándole gusto al ritmo, a la gente, a los nuevos olores. Las notas salen de nuestros chelos cómo si estuviesen contando todos nuestros secretos, porque en parte es así. Lo dejamos todo en lo que estamos tocando. Camino por las calles tocando mentalmente la pieza que tenemos preparada para la semana que viene en las audiciones. Salgo del conservatorio. El profesor Greco nos comentó que se acercan las audiciones para el festival de cuerdas en el Colón. “Creo que sonó bien” me dice sonriendo. “Sí, vamos por buen camino” le respondo. “Hagámoslo una vez más. Desde el principio” Me acerco a mi futuro compañero, hoy es nuestro primer ensayo juntos, tengo las expectativas altas. Creo que seríamos un buen dúo. Veo a lo lejos a un chico que se llama Marcos. Lo reconozco de mi clase de Ensamble del año pasado. Tiene un buen oído. Es el primer día del segundo año en el conservatorio. Mi meta de este año es ganar el festival de cuerdas del Colón. Tengo que encontrar un buen compañero.