Por: Martina Belén López
Hamlet tenía razón,
o Shakespeare,
o la tragedia que alguna vez leí.
Como sea,
Hamlet tenía razón
cuando mencionó este mundo desquiciado
y la desgraciada suerte
de tener él que arreglarlo.
Desconozco de poesía en verso,
la prosa me sienta mejor.
Y sin embargo me gusta romper
estructuras
creando estructuras
mutando
esTr
uc
tU
raS
Hace poco supe
que de la ciencia ficción
puede hacerse también poesía
y viceversa.
Se desarma, se entrelaza,
se mezclan tiempos,
espacios,
realidades.
Este mundo está desbordado
de gente saturada,
estamos cansades
de no poder huir
en cohetes a Marte,
de no escapar
del destino inevitable.
Decidí, entonces,
matarte, matarme.
Te miro a los ojos
y recito el tercer acto.
Me mirás embelesada,
sin tener atisbo de sospecha
de que serás asesinada.
El fin del mundo se acerca,
el fin del mundo somos
lxs humanxs.
El grito de auxilio es hoy.
Mañana no hay,
tampoco amores.
Si he de juzgar
y ser juzgado
clavo el puñal
en tu costado.
Muero envenenado
por mi ira.
El mundo está desquiciado,
¡maldición! Justo a mí me toca
ENDEREZARLO.