Discusiones dentro de los organismos de DDHH

Federico Capelli

Los debates en el interior de los movimientos de los derechos humanos son permanentes. Siempre existen diferencias sobre distintos temas, matices o puntos de vista. En lo que respecta al Proceso de Memoria Verdad y Justicia, se dieron discusiones muy arduas en relación a las reparaciones económicas de los crímenes.

“En un comienzo había bastante reticencia da pedir o aceptar dinero en función de lo que había ocurrido durante la dictadura, sobre todo porque no se estaban garantizando la justicia y la verdad. Entonces hacía ruido que se entregue una suma de dinero mientras no se abrían los juicios”, declaró María José Guembe, miembro de la comisión directiva del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). Y agregó que de los procesos internacionales, posteriormente, se aprendió mucho, y los desarrollos de la Corte y la Comisión Interamericana en materia de reparación en derechos humanos ayudaron a entender que el resarcimiento forma parte de las obligaciones del Estado.

Sin embargo, al día de hoy aún existe un grupo dentro de las Madres de Plaza de Mayo, liderado por Hebe de Bonafini, que había confrontado desde el comienzo con esta política y sigue sosteniendo su oposición. Sumada a otras diferencias, esta situación causó una fragmentación dentro del movimiento. Actualmente existen dos grupos de Madres de Plaza de Mayo —las Madres de Plaza de Mayo línea fundadora y la Asociación Madres de Plaza de Mayo. Esta última se resiste a cualquier intento reparatorio, tanto la que implica la compensación económica como aquella que supone el reconocimiento público de lo ocurrido, el perdón oficial, etc.

Estas Madres disidentes sostienen, por otra parte, que la reparación económica significa la aceptación de la muerte de los desaparecidos. Con respecto a esto, exigieron que los desaparecidos fueran declarados como tales, en lugar de muertos, y que cualquier dinero entregado por el Estado fuera hecho a las propias víctimas y no a sus familiares.

Perfil de Hebe de Bonafini, lider de la Asociación Madres de Plaza de Mayo
En 1986 se produjo la división dentro del movimiento Madres de Plaza de Mayo
Foto (Mural del Género)

La recuperación de la ESMA e instalación de un museo, sitio de memoria en lo que fue el casino de oficiales, también generó discusiones fuertes en su momento, tanto acerca de si era pertinente hacerlo, como sobre qué hacer con él una vez recuperado. “Había posiciones que decían que el lugar había que dejarlo pelado, así como lo habían entregado los militares. Otras, decían que la transmisión de la memoria era mejor si ahí se recreaba lo que había ocurrido. Una vez que se decidió hacer un museo en la ESMA, también se discutió mucho sobre el relato de ese museo y sobre el contenido de la muestra museográfica”, detalló Guembe

Asimismo, las reaperturas de los juicios trajeron debates amplios y los juicios por la verdad fueron muy discutidos “porque había organismos de derechos humanos que no estaban de acuerdo con pedir verdad y no pedir justicia”  

No obstante, Guembe fue optimista al destacar que todas estas discusiones se encauzan con el tiempo y contribuyen a fortalecer los procesos y los resultados. “No hay duda que este es un colectivo, un movimiento y que cuando hay que salir a defender algo los organismos están en la calle luchando codo a codo. Por ejemplo, la marcha masiva que se dio cuando la Corte Suprema decidió aplicar la ley que contabilizaba dos días por cada día detenido a favor de los militares acusados de crímenes de lesa humanidad, fue demostrativa de un apoyo social muy fuerte al proceso de Verdad Memoria y Justicia”, concluyó.

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