“Hay que esperar que pase”

Collage relatos 1

Por Verónica Chiarantano

Miguel López, 10 años. Actualmente es empleado administrativo.

Fue por el 77. Debe haber sido marzo porque recuerdo que todavía hacía calor y estábamos con las ventanas del departamento abiertas para que corriera un poco el aire, como habíamos estado todo el verano.

Acabábamos de cenar y estábamos haciendo la sobremesa cuando de golpe se escuchó un ruido muy fuerte afuera. Mi mamá se asomó por la ventana (estábamos en el 4º piso) porque se escuchaba movimiento afuera y pensaba que había sido una explosión en la cuadra.

Mi papá decidió bajar para averiguar qué había pasado exactamente pero cuando salió para el ascensor se encontró con un grupo de hombres uniformados. Unos 5 o 6. “¿A dónde va usted?”- le preguntó uno. Mi papá le contestó que habíamos escuchado una explosión y quería saber de qué se trataba. “Bah bah bah…. Métase adentro que no pasó nada. Está todo en orden”, le respondió bruscamente el agente.

Recién ahí se dio cuenta de que la explosión en realidad había sido el golpe que le habían dado a la puerta del departamento de Juan José, que vivía con su mujer y sus dos hijas, ambas eran un poco más chicas que yo en ese momento. Mi papá se volvió sobre sus pasos sin decir más nada y regresó a nuestro departamento. Mientras nos contaba lo que había pasado, sonó el teléfono, era otra vecina del mismo piso. Se empezó a hacer como una cadena telefónica para que todos se quedaran adentro.

“No te puedo creer que Juan José estuviera en eso”, le había comentado la vecina a mi mamá por teléfono. Mi papá, hombre de pocas palabras, solo dijo: “Hay que esperar que pase”.

Juan José fue detenido esa misma noche y estuvo preso unos dos años hasta que lo liberaron. Un par de días después, aunque eran dueños de su departamento, la mujer y las hijas se fueron a vivir con la mamá de él. Creo que fue más por vergüenza ante los chusmerios en los palieres del edificio que por miedo.

Deja un comentario