MI CUERPO ES MÍO

Por Alvarez, Catalano, Enriquez, Quarneti y Quiroga.

“Lucho para desarmar el oscurantismo que hay detrás de la palabra intersexual, por libertad para vivir nuestras corporalidades con naturalidad y para que se nos trate como personas”, clamó Gaby, militante y representante de la agrupación Orquídea Intersexual. Su demanda se hace eco en el Proyecto de ley “Protección Integral de las Características Sexuales” que recientemente ingresó a la Cámara de Diputados de la mano de la diputada Gabriela Estévez, con el apoyo de las organizaciones Justicia Intersex y Red Plurinacional Intersex.

Campaña de difusión de la organización Justicia Intersex.

Nacen con un diagnóstico. Nacen, también, con una corporalidad que para el personal de salud es una “aberración”. Casi siempre y sin dar explicaciones, los someten a tratamientos denigrantes y violentos bajo la promesa de una vida más “normal”. Y, a menudo, los padres de esos bebés no fueron informados por los médicos sobre la verdadera situación de salud de sus hijos: ellos podrían conservar sus cuerpos intactos sin poner en peligro su integridad física. 

La  intersexualidad es una palabra que se usa para agrupar a todas aquellas personas que nacemos con una anatomía sexual distinta a lo conocido como cuerpos masculinos o cuerpos femeninos, macho o hembra”, explicó Caterina Ferrara, activista intersex. Y continuó: “Es algo que se da a nivel biológico y puede variar en las hormonas, las gónadas, los genitales o incluso los cromosomas”. 

Por su parte, Gaby sostuvo: “Para mí, ser intersex es un posicionamiento político y la posibilidad de vivir en la variedad y en la corporalidad que habito. Hoy me empodero a través de esta denominación”. 

El 26 de Octubre se conmemora el día de la Visibilidad Intersex. Diversos activistas participaron de este video para concientizar sobre su realidad.

Es alarmante el desconocimiento generalizado de las, aproximadamente, 47 variaciones corporales que existen. Caterina relata que recién descubrió la palabra intersex hace tres años, luego de buscar su variación sexual en internet. “Me tomó hasta principio de 2020 animarme a contactar a la comunidad y fue gracias a una compañera intersex de mi ciudad que me incentivó a hacerlo. Estuve años sin poder hablar de los abusos y la discriminación que sufrí en mi infancia y adolescencia, principalmente por parte de la comunidad médica, porque nos dicen de niñxs que es algo que debemos mantener en secreto para que no nos burlen«, expresó la activista. 

La desinformación es transversal a pacientes y personal médico. “El secretismo detrás de nuestra corporalidad hizo que no tuviera la información adecuada para entender realmente cuál era mi experiencia, hasta incluso no poder decidir sobre tratamientos que he atravesado”, contó Gaby. Estas personas son libres de identificarse con el género que prefieran y pueden tener distintas orientaciones sexuales. Pese a esto, muchas son forzadas a operarse y a realizarse tratamientos invasivos a las más tempranas edades para borrar sus variaciones sexuales.

En esa misma línea, Ferrara detalló: “Mi familia y yo fuimos acorraladxs por la comunidad médica para hacerme tratamientos hormonales y una cirugía de normalización cuando aún era una niña. Lxs médicxs no pueden entender que alguien nazca con características sexuales que no sean las típicas y hegemónicas. Están dispuestxs a realizarnos cirugías y tratamientos de “normalización” para adecuar nuestros cuerpos a lo que ellxs consideran normal”.

Logo de la organización Justicia Intersex.

Incluso, esas vulneraciones dejan a lxs niñxs en estados discapacitantes. Gaby es la segunda de tres hijas, todas nacieron con condiciones intersexuales. Lamentablemente, sus dos hermanas fallecieron como consecuencia de los inhumanos tratamientos. “En el caso de la menor, le construyeron una vagina con intestinos. Podrás imaginarte todas las consecuencias y complejidades que le trajo”, sacudió. 

La promulgación de la Ley viene a llenar vacíos y silencios, dar respuestas a las preguntas que personas como Gaby y Caterina se hicieron desde que tomaron conciencia de su condición, y que nadie supo responder. “Hemos vivido en profunda soledad las problemáticas causadas por las intervenciones. Esta sería una forma de, al menos, poder proteger a las generaciones venideras”, sostuvo Gaby. Y agregó: “Me llena de esperanza la posibilidad de ganar este derecho. Además, posiciona a la Argentina en un lugar líder en el respeto por los derechos humanos. Eso también es un gran avance”. 

“Confío en que lxs diputadxs van a tomar la decisión correcta y que van a estar de nuestro lado. Simplemente con escuchar nuestras historias es claro que se trata de derechos humanos y sería insensato que nos los sigan negando”, concluyó Ferrara.

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